La periodoncia es la especialidad clínica encargada del tratamiento de las enfermedades que afectan la salud de los tejidos de soporte (hueso) y protección (encía) de nuestros dientes. Su principal importancia radica en la prevención de pérdidas dentarias y su relación con enfermedades sistémicas, especialmente la diabetes y el tabaquismo.
Las enfermedades periodontales generan inflamación en el tejido óseo y las encías, provocada por la acumulación de placa bacteriana o biofilm. Si no se tratan, pueden causar movilidad y pérdida dentaria. El principal signo de estas enfermedades es la inflamación de las encías y el sangrado al cepillarse o al comer.


El tratamiento periodontal se basa principalmente en la modificación de los hábitos de higiene del paciente, logrando una adecuada técnica de cepillado y utilizando los artículos correspondientes para ello. Posteriormente, se realizan limpiezas (destartraje) y pulidos radiculares (raspado y alisado de raíces afectadas por el tártaro o placa bacteriana adherida a estas superficies).
Lo más importante después de realizar el tratamiento completo es mantener controles periódicos, idealmente cada 3 o 6 meses, dependiendo del diagnóstico. Esto es esencial para lograr el mayor éxito en la terapia periodontal y mantener una salud bucal óptima.