La endodoncia, comúnmente conocida como "tratamiento de conducto", es un procedimiento dental utilizado para tratar infecciones o daños graves en el interior de un diente. Este tratamiento se centra en el tejido blando dentro del diente, conocido como pulpa dental, que contiene nervios y vasos sanguíneos.


Propósitos de una endodoncia:
- Eliminar la infección: Si la pulpa dental está infectada debido a caries profundas, fisuras o traumatismos, la endodoncia elimina el tejido infectado para detener la propagación de la infección y evitar la formación de abscesos.
- Aliviar el dolor: La infección o inflamación de la pulpa dental puede causar dolor intenso. La endodoncia elimina la fuente del dolor.
- Preservar el diente: En lugar de extraer un diente dañado o infectado, la endodoncia permite conservarlo al eliminar el tejido afectado y sellar el espacio para prevenir futuras infecciones. Esto mantiene la estructura y función del diente.
Procedimiento de la endodoncia:
- Acceso al interior del diente: El dentista realiza una abertura en la corona del diente para acceder a la pulpa dental.
- Eliminación de la pulpa infectada: Se elimina la pulpa infectada o dañada y se limpia cuidadosamente el conducto radicular.
- Sellado del conducto: Los conductos radiculares se rellenan y sellan con un material especial para evitar futuras infecciones.
- Restauración del diente: Se coloca una corona o un empaste para restaurar la forma, función y apariencia del diente.
En resumen, la endodoncia es un tratamiento esencial para salvar un diente gravemente dañado o infectado. Alivia el dolor y preserva la salud bucal, permitiendo conservar la estructura y función del diente.